En estos textos se hace alusión las cualidades que forman parte de cada autor vinculados con la escritura. Desde su relación con la expresividad que les permite desenvolver sus pensamientos, ideas y bastas reflexiones sobre las significancias del arte de escribir. Las consideraciones que cada uno expone permiten aproximarse al placer que confiere el desenvolvimiento de la escritura en el cotidiano, más allá que este sea atravesado histórica y socialmente como un elemento decisivo para el desarrollo económico. Es allí donde podemos concentrarnos en esbozar nuestras perspectivas y a la vez, manifestarnos abiertamente todas las ocurrencias rimbombantes de nuestra mente.
Los garabatos de Aragon le permitieron desenvolver lo que para él fue su primer ligue con la escritura y a la vez, esto le permitó percibirse como un sujeto pensante a partir de lo que supo escribir. Siendo en ese sentido una forma interesante y exploratoria para todes les lectores a la hora de vincularnos con ella.
La relación entre la escritura, el arte y el goce de Barthes, esta ligada a sus reflexiones ataviadas a la idea del transmitir sus sensaciones y emociones para que con estas se pueda (de alguna forma) proyectar los imaginarios de les sujetes. Si bien en los inicios de la escritura están sesgados por la cuestión del poder y la dominación, hoy resulta cercana a todes mediante el uso de diversas tecnologías para desarrollarla, pero no quiero obviar que aún hay un brecha que no se rompe en torno al analfabetismo.
En mi opinión ambos textos son alegorías, odas y aportes sobre la percepción de ambos autores sobre la escritura, los cuales me permiten adosarme a ellas desde lo personal. Aunque a la vez, pienso en cuan necesario es explorar todos los aspectos de esta para poder representar lo que somos y así dejar una huella que sirva de gatillo para exponer las características de nuestra naturaleza y razón.
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